En un acto histórico de defensa de nuestra soberanía alimentaria y del derecho a un futuro sustentable, se aprobó el decreto por el que se reforman y adicionan diversas disposiciones de los artículos 4º y 27 de la Constitución en materia de conservación y protección de los maíces nativos, informó el titular de la Procuraduría Agraria, Víctor Suárez Carrera, y dijo que con ello, México ha declarado una victoria rotunda contra el cultivo de maíz transgénico.

“Este logro es el resultado del compromiso incansable de la Cuarta Transformación con nuestras comunidades agrarias, ejidos, campesinas y campesinos; del apoyo firme y decidido de nuestra presidenta, Claudia Sheinbaum, y del presidente Andrés Manuel López Obrador, así como de los movimientos en favor de la protección de la salud, la seguridad alimentaria y el ambiente”, expresó.

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Suárez Carrera indicó que se ha dado continuidad a la visión de la Cuarta Transformación, rechazando las presiones de intereses extranjeros y defendiendo nuestra tierra, patrimonio biocultural y tradiciones. Reiteró que México es y seguirá siendo centro de origen y diversidad del maíz, elemento de identidad nacional, alimento básico del pueblo y la base de la existencia del campesinado, los pueblos indígenas y afromexicanos.

“Hoy, la presidenta dio lectura al decreto que indica: que el cultivo del maíz en el territorio nacional debe ser libre de modificaciones genéticas producidas con técnicas que superen las barreras naturales de la reproducción o la recombinación como las transgénicas. Todo otro uso del maíz genéticamente modificado debe ser evaluado en los términos de las disposiciones legales para quedar libre de amenazas para la bioseguridad, la salud y el patrimonio biocultural de México y su población”.

El procurador agrario agregó que “debe priorizarse la protección de la biodiversidad, la soberanía alimentaria, su manejo agroecológico, promoviendo la investigación científica humanista, la innovación y los conocimientos tradicionales”.

Expuso que el artículo 27 se modificó quedando de la siguiente forma: “El Estado promoverá las condiciones para el desarrollo rural, se agrega cultural, económico y de salud con el propósito de generar empleo y garantizar a la población campesina su bienestar”.

“Fomentará la actividad agropecuaria y forestal, cultivos tradicionales con semillas nativas, en especial el sistema Milpa, para el óptimo uso de la tierra libre de cultivos de maíz genéticamente modificado en los términos definidos en el artículo cuarto, con obras de infraestructura, insumos, créditos, servicios de capacitación, investigación, innovación, conservación de la agrobiodiversidad y asistencia técnica, fortaleciendo las instituciones públicas nacionales. Asimismo, expedirá la legislación reglamentaria para planear, organizar y monitorear la producción agropecuaria, su industrialización y comercialización, considerándolas de interés público”.

Víctor Suárez comentó que la decisión de prohibir el maíz transgénico no solo protege el patrimonio biocultural, inherente a los ejidos y comunidades agrarias, sino que también salvaguarda la salud de toda la población y asegura la preservación de un medio ambiente sano. “Esta victoria no es solo un triunfo de México, sino de la humanidad entera, demostrando nuestro compromiso con los derechos humanos universales y la sustentabilidad ecológica”.

“México no solo celebra una batalla ganada, sino que también avanza resueltamente hacia una autosuficiencia alimentaria real y efectiva. Mediante la implementación de prácticas agroecológicas, el rechazo a los transgénicos y plaguicidas altamente peligrosos, estamos poniendo en práctica los principios de una agricultura verdaderamente para la vida y no para los intereses mercantiles y hegemónicos, verdaderamente sustentable y responsable.

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Por último, invitó a ejidos y comunidades agrarias; y a todos los sectores de la sociedad a continuar apoyando este movimiento hacia un futuro donde prevalezcan la soberanía, la salud y la integridad de nuestra tierra y cultura, “¡Sin maíz no hay país!”.